Para mantener el sofá como nuevo, se recomienda limpiarlo regularmente con un paño seco o humedecido con agua tibia o aspirándolo con una aspiradora a baja potencia. Protéjalo de la luz directa del sol y de fuentes de calor e intente evitar el contacto con la humedad.

Es importante actuar inmediatamente sobre las manchas para que no se absorban. Para las manchas difíciles como las de tinta biros o rotuladores, utiliza un paño humedecido con agua tibia y un poco de alcohol, vinagre blanco o algodón con leche desmaquillante. Para las manchas clásicas como las de tomate, chocolate, café, aceite y refrescos, utilice un paño húmedo con jabón de PH neutro.

Nunca frote ni rasque la mancha, ni la presione agresivamente.

Evite disolventes con cloro o alcohol, aerosoles, limpiacristales, abrillantadores, ceras y cualquier producto con contenido químico. Tampoco se recomiendan las toallitas para bebés ni los desmaquillantes.

No aplique espuma seca, ya que alteraría el tratamiento protector.